Medina
Rodríguez Alejandra C.
Grupo
618
El último turquito
Hay
veces en las que me da pena mi raza (humana) así como me da pena mi país, y al
leer el último turquito me sentí así. Es realmente trágico e irónico que el ser
humano sea tan destructivo y tan cerrado de mente para no darse cuenta de que
al destruir la naturaleza se está autodestruyendo.
Creo
que está lectura más que científica es artística porque refleja claramente el
dolor de la naturaleza y de los animales que la habitan, y a la vez la ingenuidad
del ser humano, lo salvaje que en verdad es.
Es
a mi parecer una muy conmovedora historia la del turquito, como pasó de ser un
ave feliz rodeada de abundantes árboles y alimento a estar tan maltrecha y triste,
por culpa de un ser egoísta y egocéntrico que no conoce su papel en la Tierra,
más bien que confunde su papel en la naturaleza y que él mismo es producto de
ella, un hijo de ella y como tal debe respetarla y cuidarla.
Me
sorprende mucho que el ser humano, aun teniendo la capacidad de razonar no usa
esa habilidad para hacerlo a fondo, es triste y me da rabia.
El
aspecto irónico me parece es que el ser humano posee ciertas características (atributos)
que lo hacen ser diferente a los demás animales, se supone que son seres que
poseen intelecto y sensibilidad, pero con esta lectura pareciera que no, que el
ser humano no posee una pizca de sensibilidad y compasión por la vida, no
entiende que no es el único ser que siente y que también merecen una vida
adecuada.
Todo
esto lo puedo relacionar con el sistema bajo el cual funciona el país y el
mundo. Los seres humanos están movidos por el dinero y corrompidos por los
dogmas, yo creo que uno de los principales problemas morales de la sociedad
radica en la idea que durante tantos años ha sido impuesta por la iglesia
católica sobre el origen “del hombre” y su papel en el mundo, que además es
sumamente machista. Para empezar, si se sigue creyendo falsamente que el ser
humano es el centro del universo y que las demás especies están para servirnos,
este mundo seguirá siendo egoísta, con sus iguales y con la vida en general, y
habrá más catástrofes como la sucedida en el caso del pobre turquito.
Hubo
una frase de la lectura que me gustó mucho y creo que representa muy bien la
realidad de la humanidad. Cuando hablan
de las maquinas que llegan a la selva a talar los árboles el autor dice: “Es la
barbarie que llega con disfraz de progreso, con pretexto de necesidad”.
Esa
frase es claramente ejemplo de la ambición e ingenuidad del ser humano, en su
afán de ser mejor que los demás y autodestruyéndose de esa manera. Creo que es
el mismo sistema el que persuade a las personas
a dejarse llevar por el consumismo, lo que da como resultado la
explotación de recursos naturales, es una necesidad totalmente falsa, el humano
es el único que consume más de lo que necesita,
Pareciera
que la verdadera razón de todo ese consumismo es el progreso de los países, y
la sustentabilidad y no sé qué, pero una vez más me parece falso, yo creo que
el mejor progreso no está afuera sino en uno mismo, y el verdadero progreso
llegará cuando con este se tome solo lo necesario de la naturaleza.
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